Dar de alta un suministro de luz implica una serie de costes que son iguales en todas partes, independientemente de la distribuidora. Además de los siguientes, podrían existir otros gastos relacionados con instalación de equipos, fianzas y tasas. En todos los casos, estos importes van para la distribuidora, pero se pagan con la primera factura que recibas (y que te envía la comercializadora)